
El poema más viejo que nos declara
es infinito de gentileza y caricia,
la raiz de nuestro amor se extiende
por el mapamundi de la alegría
nos escapamos de los acosos del desamor,
vendemos el destino a la lotería,
aprendemos a hablar con el corazón
y le cerramos la puerta a la rutina,
el poema que nos narra
no conoce su punto final,
le prende una vela en media sala
donde la humedad filtran nuestras almas
escríbeme cuando estemos a solas
un notita tímida como me molas
congelando el tiempo en tu voluntad;
mi amuletó de la suerte eres tú
mi peruana más etérea del Perú,
pongo a tu nombre mi razón de respirar.
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