
Mujer, bonita primavera cansada,
teniendo un máster de paciencia,
pasaste de pasajera de mi conciencia
a oposición de la palabra decorada,
hiciste de tu memoria anticipada
una paloma viajera por el tiempo,
un antifaz roto en la madrugada
con el hilo preferido del viento,
que no te vengan a buscar,
los desatinos del olvido,
ni los testigos de Jehová,
ni la demencia del desvarío,
mujer, hoja suelta de mi sangre
yo poniendo de mi parte
hago oda de tu presencia,
clavo de mi cruz que acaricia
el despertar de un poema bajo la brisa
donde el talento tiene tu esencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario