Hoy, 15 de mayo, unos de los días donde me despierto más triste que nunca, son las cuatro de la mañana, y los sueños que me visitan no me agradan, hace algo de frío, eso si es de mi comodidad, veo mis extremidades, pseudosanas y las interpreto en mi sentido tactil, me queda mucho sueño, pero no quiero volver a dormir, no puedo respirar, no tranquilo, llevo este dolor por 10 años, de silencio y no se lo puedo contar a nadie, ni a mí mismo, porque ahoga, me atrapa un nudo poderoso en la garganta, que no me deja espacio a seguir libre, de pronto me dan ganas de donar mis ojos, mi corazón, mis manos y mi pancreas a personas que sí las necesiten, que les den buen provecho, a la par de esta sensación, me asaltaron muchísimos recuerdos, que como medusas me apuñalaban la piel y no podía practicar la inhalación de mis sentido...
Quizás pueda descansar si lo hago de una vez...donar
1 comentario:
Magnífico relato.
Un abrazo
Publicar un comentario