
El primer desamor que me acribilló
se oxidó en la tumba de mi melancolía,
los días engrilletados con la pasión
enlutando mi corazón
me mostraron más de lo que sabía;
el solo de besos de la razón
se pierde en el infinito de su pantomima,
las rosas se tiñen con el colchón
desperdician mañanas sin sol
y escriben cartas sin rimas;
y la mente se vuelve vaga
y la cara se apaga
en una liana colgada
de la rama de la histeria,
convencen los años a recuperarse,
la sabiduría siempre llega tarde
y a limpiar los zapatos para
ganarle pasos a la miseria.
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