Se abren los pestillos del miedo,
no encuentro la confianza del camino,
hay razones para fumar de nuevo
enlutando la sonrisa de un buen vino,
no me digas que es tarde para hablarlo,
tus pendientes me mutilan con esmero,
la desdicha es una sonrisa de pescado
y el pasado, dinamita lo perpetuo;
qué cara le pongo al olvido
cuando acaricias el gatillo
escondido en la confianza de no poder verlo,
no me alquiles esperanzas baratas,
no reveles mi tocada de barajas
como chance de perder todo por tenerlo;
firma aquí, donde no hace más daño,
quédate con todo
pero déjame por favor las persianas,
a ver si me escapo de la mañana
y me amanezco moribundo sobre la cama
con amnesia de lo que pasó hace tres años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario