
Qué nos sobra?
Detalles, emoción
qué nos falta?
Amargura y rutina,
conocemos los anticuerpos del desamor,
y el mapa perdido de la fantasía.
En tu hombro mi cabeza
apenada, por una racha de malos días,
en los que, ay de mí,
me deshuesa la melancolía;
miran desde lo alto
los dioses del infortunio,
hasta se oye cantar un gato,
el blues de los tejados,
un murmullo
que parpadea en la esquina de nuestra cama;
creemos que somos eternos,
sabemos que sí ingobernables.
Como alma que lleva un demonio
me incorporo, me detengo, me deshago,
me siento vivo, te veo al lado;
me juego la vida
a la placentera partida
de un te quiero sumergido en tus labios.
Tú me esperas
porque sabes que te necesito,
porque no me abandonarías,
porque esperas de la misma placentera partida
ese te quiero refugiado en mis labios.
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