El amor de mi vida

Con sombrero para verme elegante,

cigarrillo suprimiendo mis nervios,

besos viajeros que vinieron a quedarse,

imagina que hablo de parte

de mi alma que se muda a tu cuerpo;

con medallas de mis guerras perdidas,

sedientos de un amor incivilizado,

trapos limpios de escapar de la oficina

y explorar todas las minas

de tus ojos descansando en mis manos,

con zapatos de charol en un estadio,

conversando con febriles fantasmas,

dime tú de que forma ya no hablo

para no sentirme extraño

en el living de pasión bajo tu falda,

cómo escribo versos tan delicados,

exprimiendo mi última oportunidad,

el peaje de tu amor cobra al contado

de vivir siempre hipnotizado

con la dicha de que siempre va a durar;

me anestecio sabiendo que estoy vivo,

con tus labios gobernando mi planeta,

con mi corazón rogándote asilo

con mis pasos en derribo

y tu foto en mis retinas de maleta;

con mi réquiem porque muero extrañandote,

el barco de la tristeza a la deriva,

me trepo por tu cabello para abrazarte

y en tus pechos dibujarte

un corazón sangrando de alegría,

con un humor que nace y nos mata

de risa como dos payasos amateur,

con tu perfume corriendo en mi casaca

que a fragilidad me saca

la mejor parte de lo que creo;

con intención de vivir a tu servicio,

escribiendo cartas para distanciarme,

cada tarde que despierta el instinto

y volvemos a ser niños

con cosquillas para acabar de acariciarte;

cada noche susurrando un buen sueño

peregrino de cuidarte todavía,

supe más de soñar con ser tu vuelo

con las alas del misterio

de llamarte, el amor de mi vida.