
Se acabó esta rutina,
como acusó el fiscal,
tus caricias son las minas
que incineran la verdad,
no hay pañuelo que nos seque
el lamento ni el azar,
mejor irme, sé que duele,
busca a alguien que te quiera más,
no te mueras por desgracias ajenas
ni envejezcas para morirte ya,
quién soy yo para pedirte que me quieras,
toma veinte y llámame al llegar,
el pasado siempre mienta,
nos faltó tan poco para crecer,
agonizan los presentes
el velorio negro de este anochecer.
Ya no haré esos viajes
donde todo parecía tan cerca,
ni alquilaré homenajes a las noches en cámara lenta,
vivo solo y lo sabes
como una vela sola en una mesa,
ni a la altura de saludarte,
este amor no tiene naturaleza,
que es pasado con los dientes
y pesa más mil planetas,
me despido porque quieres,
que la rutina no te sienta.
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