Hace frío en su verano,
y lo dijo
en voz baja con el fin de descuidar
la atención prestada de los hijos
de la llorona y de
la soledad,
el llanto desconsolado de
la juerga
en la mesa escondida de la razón,
imagino que tu alma no está en venta
ni se baña mi silencio en el alcohol,
yo no me sabía ni tus canciones completas
ni tu primer paso, ni bandera caribeña,
juro por mi madre, que es la primera,
te quería tanto que me olvidaba de ella,
muda con garganta, grito de pueblo,
poncho que se calienta con las palmas de su voz,
pelo plateado por el sueño,
sueño que también soñé yo,
dama con una dulzura amarga
que gusta al paladar de la compañía,
paloma joven de los excesos,
duermo donde
descansan tus huesos
porque tu nombre me abriga.