
Inspírame, oh clemencia,
que me alcanza el ayer,
se me cayó el café sobre la inocencia
pecando de impertencia
un inesperado anochecer,
se me enlutan las uñas,
el papel y neceser,
y acompañada de las brujas
torpemente me atrajo
a sus redes
con el árbol escandaloso de la envidia
y la caspa que deja el desamor en el alma,
contigo super ser más,
y escribo con la pluma de mis pestañas
los sueños pendientes que naufragan en tu fotografía,
que ingrata es la vida
si no la sabes explotar.
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