
Dejé en tu camerino una linda rosa
un buen pisco sour para el sabor
para abrazos de oso, Claudia Llosa
el quechua al fin se lo aprendió el sol
que lado maldito para la ternura
que ovación perpetua, un tantito
no fue por la suerte de una herradura
el Perú ya no es tan chiquitito
y si en forma de cines
se ven los teatros, tan llenos
con tu opera magna, elegiste
pintar de triunfo nuestro cielo
cuento urbano medio omitido
que hasta se la contaron a Berlín,
que las lágrimas llegaron al río
Madeinusa, se hizo aquí
Con tan sólo treinta y tres traslaciones
quien no iba a llenarte de emociones
para brindar por tu historia en la mesa
cuando arribes a los andes, esas lecciones
que tanto se cuidaron los matones
para no asustar con leche a las tetas
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