Hasta luego pero ninguna partida

De su reloj tan horario que no me hace caso
de su perfume tan ajeno a mis manos
con tanta elegancia de dejarme de querer
de sus labios puente al infierno
de sus escaños de ex adulterios
de su forma de quererme sin querer
de su pantalla de niña carga autobus
sus ojeras tan abierta al sylabus
de abrazarse a la responsabilidad
de su hasta luego pero ninguna partida
de su mesa compartida en familia
de su corazón de madera industrial

De sus dioses que se duermen los domingos
de su cruz tan huraña conmigo
de su paciencia que se acaba para dormir
de su cabello tan profano para la poesía
de sus partidos en la tele, quien diría
de su forma de gritarme déjame vivir
de su sed de beber mucha cerveza
de apostar el corazón sin la cabeza
de animarse a volver sin esperar
de su marchita confianza pintada
de su pie de limón sin ninguna manzana
de su ex amor que se fue dejándola acompañada