Erase de mí un cuerpo joven
añorando los resquicios del pasado,mi talón de Aquiles empeñado
ante la flor marchita de mis errores,
de mi pueblo, pecadores,
parlamento del fracaso, una bodaabre la puerta a estafadores
perros sueltos sin mandona,
un silencio que no calla
ni se pincha con agujas, ni se amilana,
ni vaticina sus batallas
en las várices de sus almohadas,
de hacer cambio, quitan vidas sin galeones
los guerrilleros asalariados
por narcos maricones.